Carreras urbanas

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En los primeros tiempos del motociclismo todas las carreras se disputaban en carreteras urbanas. No fue hasta 1923 que se creó en España el primer circuito de velocidad, el autódromo oval de Terramar, en Sitges.

Con los años se fueron construyendo circuitos en distintas regiones, y poco a poco se fueron eliminando las carreras urbanas. Demasiado riesgo para los pilotos que fácilmente se minimizaba con este nuevo tipo de circuitos.

Hoy en día aún se mantienen en España algunas carreras urbanas, aunque solo para categorías de pequeñas cilindradas, motos clásicas o supermotard, como son la Bañeza o la carrera de Xátiva.

 

Sin embargo hay dos carreras (no son las únicas) que solo mencionar su nombre nos ponen los pelos de punta, y a las que todos deseamos asistir al menos una vez en la vida.

La más famosa de todas es el Tourist Trophy de la Isla de Man (1907), que reúne cada año a más de 40.000 visitantes en dos semanas que dura la competición, y en el que se disputan hasta 9 categorías diferentes con cilindradas que van desde los 125cc hasta los 1010cc (superbike, supersport, superstock y senior TT, SES TT Zero eléctricas y sidecares).

 

Menos conocida aunque no por ello menos importante también podemos disfrutar del Ulster Gran Prix en Irlanda del Norte (1922). En este caso no se trata de una carrera contrarreloj como en el caso del TT, de manera que es posible ver a todos los pilotos saliendo a la vez o llegando juntos a la primera curva. Se disputan pruebas de superbikes, supersport, superstock y una carrera conjunta para supertwins y 250cc.

 

¿Que lleva a un piloto a querer competir en un circuito urbano? Árboles, bordillos, casas, ausencia absoluta de escapatorias y de cualquier elemento de seguridad.

 

Guy Martin dijo una vez… ¿Sabes aquella sensación de cuando te vas a matar, y no te matas?

 

Sin duda alguna los pilotos que compiten en las carreras de carretera son los más valientes, o los más inconscientes, según como se mire. Pero lo que sí consiguen cada año, es que nos emocionemos y los admiremos como si fuesen verdaderos héroes.

 

Mujeres Moteras