Hay dos tipos de moteros, los que salen en primavera, verano y otoño, y los que salen todo el año con independencia de la temperatura.
Pero existe un tercer tipo de moteros a los que yo llamaría con cariño, los sonaos. Los sonaos son aquellos que salen cuando el riesgo a caer o a sufrir, pasa de los límites aceptables.
Los sonaos son aquellos que sabiendo que una carretera o una zona está tan mojada que se levanta agua al pasar y que tiene hielo en las cunetas, sale con la moto.
Los sonaos son aquellos que cada año esperan ansiosos a que llegue la concentración anual Pingüinos en Valladolid (del 9 al 12 de enero). Con temperaturas que oscilan entre los pocos grados y los bajo cero pasan un fin de semana concentrados entre motos, conciertos y nieve.
Los sonaos se juegan el tipo y exponen a sus motos a situaciones para las que o bien no están preparadas o diseñadas.
Supongo que para ellos es un acto de valentía y de orgullo demostrar que pueden sortear con éxito todas las dificultades, riesgos y sufrimientos.
Siempre he dicho que a Pingüinos van los valientes y todos aquellos que son capaces de disfrutar cuando el frío le cala los huesos.
Yo no soy tan valiente y la idea de pasar unos días con un frío que pela no está hecha para mí.
Pero si salgo todo el año, haga frío o calor, con la salvedad de no visitar carreteras que sé que tienen hielo en cualquier giro o que tienen tanta humedad que parece que ha caído un chaparrón.
En invierno el asfalto está frío y las temperaturas en las carreteras no superan, en las zonas más cálidas, los 10 grados y si a eso le añades que la mayoría llevamos neumáticos blandos el riesgo es muy alto. Las gomas no llegan a alcanzar su temperatura óptima de trabajo y el agarre disminuye mucho.
¿Y tú qué eres? ¿Un sonao? ¿un motero de todo el año? o de los que hibernan y no salen hasta la primavera.
Seas un sonao, un valiente o un motero de todo el año, en invierno extrema precauciones.