En mi lucha por encontrar un mono que me siente bien, volví a mi tienda favorita a probarme dos marcas más que tenían monos especialmente diseñados para mujeres.
Como cada vez que voy de tiendas moteras, me encontré con el gran dilema de la variedad tanto en modelos como en tallas. Por desgracia solo tenían dos modelos (uno de cada marca) y sólo uno en mi talla. El otro debería ser una talla más. Teniendo en cuenta cómo me queda mi mono actual pensé que una talla más también me quedaría bien.
Me probé un berik y un Arlen Ness. Ambos son la misma marca pero como varían precios, calidades, acabados y diseño, decidí no dar por supuesto nada y probarme los dos.
Y como no hay peor crítica que la que una misma se hace, fui acompañada de mi buen amigo Eduard. Un ojo amable que siempre me ve bien y que seguro sería sincero. Otra cosa no, pero sincero lo es un rato (a veces lo mataría…).
Posiblemente lo que vaya a decir pueda herir los sentimientos de ambas marcas, y provoque que nunca jamás quieran colaborar con esta casa en ninguna materia, pero poco puedo decir de positivo de ambos monos.
Ah! ¡Y que quede claro! Aquí no entro a valorar si la piel es mejor o peor, si las costuras están correctas o se rompen a la primera caída. Es más, doy por supuesto que son de excelente calidad y que pasan todos y cada uno de los requisitos técnicos para nuestra protección. Solo comento los patronajes y los diseños.
Una vez aclarados estos pequeños detalles sobre la crítica (espero que constructiva), debo decir que la prueba fue un churro.
No sé qué fue peor. Si mirarme al espejo o ver la cara de Eduard cuando salí del vestidor. Con los ojos abiertos como platos me miró de arriba abajo y me dijo… fatal. Quítatelo. Te hace fea. Con la autoestima a la altura de donde acababa el mono, me lo quité y salí de la tienda gruñendo para mis adentros.
¡Si si señores! ¡Un churro! Tanto berik como Arlen Ness. La talla más pequeña me hacía bolsas en pecho, cintura, caderas y muslos, pero me apretaba de rodillas y gemelos a la vez que parecía que iba a pescar de lo corto que era.
¿Cuántas mujeres moteras llevan un berik y les queda como un guante? Espero que haya muchas afortunadas. Yo de momento, seguiré buscando mi segunda piel ideal.
