Hay un día en la vida de tod@ moter@ que el amor se cuela en nuestras entrañas. Sin darnos cuenta nos cruzamos con una máquina en una calle, navegando por internet o en un escaparate y como un flechazo incontrolado pasamos de ser seres racionales a solo tener una cosa en la cabeza. Esa moto.
A partir de ese momento no pensamos en otra cosa que en ella y en las cosas que haremos cuando la tengamos.
Nos encanta tal y como es, con sus curvas y sus rectas. Es simplemente perfecta. El objetivo es que sea nuestra. Y como en esta vida lo que uno desea de verdad suele conseguirse, llega un día en que logramos llevarla a casa.
Pero es en ese momento en el que sufrimos una segunda mutación interna a la que he bautizado como “la mutación motera”. Es a medida que nos dirigimos a nuestra casa con nuestro nuevo juguete que empezamos a pensar cuántas cosas le vamos a hacer o que si más no, nos gustaría hacerle. Aún no hemos aparcado nuestra moto en su nuevo hogar que mentalmente ya le hemos cambiado el tubo de escape, los contrapesos del manillar para que vayan a juego con el resto y le hemos puesto unos carbonos molones. Eso si no queremos cambiarle los retrovisores, la cúpula y los colores!
¿Qué nos pasa? ¿porqué esa obsesión en hacerle cambios estéticos a las motos?
Quizás sería más lógico que al comprar una moto le hiciésemos cambios mecánicos que mejorasen la seguridad o el funcionamiento, como sería cambiar la bomba de freno por una mejor o poner latiguillos si eres alguien que castiga los frenos. Pero no, la tendencia es a no parar de hacer mejoras estéticas.
Creo que solo conozco una persona que lleve la moto totalmente de serie, tal y como la sacó del concesionario. Y que jamás le ha hecho nada más que las revisiones de rigor.
Todos los demás, entre los que me incluyo (solo hay que ver mi moto cómo es), estamos permamentemente soñando con cambiar cositas de nuestras motos.
¿De qué grupo eres tú? ¿de los que como yo sufre las consecuencias de la “mutación motera” y no para de pensar en cuantas cosas le harías a tu niña? o de los que no le cambiaría ni una sola pieza!
