La verdad sobre el perro y la moto

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La verdad sobre el perro y la moto: En España se abandonan al año alrededor de 150.000 animales de compañía de todo tipo, según las estadísticas publicadas por Pedigree y Fundación Affinity. La buena noticia es que alrededor de la mitad se adoptan aquí y buena parte del resto (lamentablemente, no todos) encuentran hogar en otros países de Europa como Holanda, Gran Bretaña, Alemania o Francia. Muchos de los adoptantes tienen coche como vehículo principal para transportar a sus mascotas pero otro porcentaje de amantes de los animales posee únicamente moto para viajar con la familia, los amigos… o su perro, por ejemplo.

Desde luego, la estampa de un perro en una moto es, cuanto menos, chocante. Pero… ¿es legal? Bien pues Reglamento General de Circulación en mano, lo cierto es que no existe ningún artículo que insinúe siquiera que no se pueda llevar a tu animal de compañía como copiloto en tu moto. Concretamente, lo que el Reglamento General de Circulación dice, nos explica la jefa provincial de Tráfico de Cuenca, Lidón Lozano, es “en el artículo 17.1 del RGC y el 11.1 de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, que los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos o animales”. Esto no prohíbe en ningún caso el transporte de animales en dos ruedas, de ahí que, con las protecciones y adaptaciones adecuadas en aras de la seguridad tanto del conductor como del animal, sea posible viajar con nuestra mascota sobre la moto.

Lidón Lozano añade además que el conductor de un vehículo, cualquiera que sea, “está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía”. Por eso, matiza, deberá “cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”. Tampoco esta parte de la Ley de Seguridad Vial viene a prohibir en modo alguno que llevemos de viaje a nuestra mascota en la moto así que, si el animal se presta, va cómodo y no sufre de mareos o pánico al movimiento y las oscilaciones derivadas de curvas y baches, nuestro mejor amigo podrá también compartir nuestra afición.

Ahora bien, siempre con una serie de precauciones. El veterinario Salvador Gil explica que lo primero que hay que tener en cuenta es que si el animal no ha subido nunca en moto, es posible que se asuste las primeras veces. “Si se trata de un cachorro, será más fácil acostumbrarlo poco a poco. Para ello, lo que debemos hacer es familiarizarlo con la moto igual que haríamos con cualquier otra cosa conflictiva como el baño, el peinado o las propias visitas al veterinario” bromea. ¿Cómo se hace eso? Sencillo: “Hay que procurar que nuestro animal, generalmente un perro pero también un gato o un conejo, asocie la moto con sensaciones positivas, de modo que lo mejor es empezar premiándole con golosinas cuando lo llevemos de paseo en moto, aunque sea salir del garaje o avanzar un poco por nuestra calle” precisa Salvador.

También es fundamental transportarlo de manera que el viento, el frío o el exceso de calor si viajamos en verano no le causen problemas de salud. “Debemos procurar evitar las corrientes de aire en la cabeza, en la medida de lo posible, para que no se resfríe ni se vea aquejado de conjuntivitis, otitis y demás patologías asociadas al frío” detalla nuestro veterinario. Por otro lado, en cuanto al calor, es muy importante “no exponer al animal directamente, para que no coja una insolación o se deshidrate”. Y finalmente, si viajamos con nuestro animal de compañía en la moto, debemos tener claro que él también necesitará que hagamos paradas periódicas para estirar las patas, comer y beber, y etapas de viaje no demasiado prolongadas, así como es muy importante circular a velocidad moderada para que no se maree o no se asuste.

Todo esto está muy bien, pensaréis, pero… ¿Cómo llevamos a nuestro animal en una moto? Bien, lo cierto es que, para empezar no se puede llevar cualquier tipo de animal. Y con esto quiero decir que, por ejemplo, por sentido común, los animales muy pesados (más de 10 o 12 kilos) están descartados porque, al no funcionar como un copiloto humano sino como un bulto, desestabilizarían la moto y harían muy complicada (y sobre todo, insegura) su conducción. Para animales más grandes la mejor opción es equipar un sidecar con fundas y protecciones (como arneses especiales, de venta en tiendas de animales) que eviten que el animal salga despedido y también que pase frío o se moje.

Para el resto de animales, se pueden transportar en la parte de atrás de la moto, junto al cofre (o en lugar del cofre) o en la parte de delante, sobre el depósito. Para llevarlos detrás “es posible hacerlo en un transportín estándar de plástico, aunque en verano es más recomendable hacerlo en uno de tela similar a los que se utilizan para los aviones, debidamente forrado y acolchado. Los de tela suelen tener agujeros de respiración y ventilación mejores que los de plástico” precisa Salvador. Para llevarlos delante, lo importante es que el animal no pese más de ocho o nueve kilos y que la bolsa elegida para llevarlo, preferiblemente una de las que ya venden homologadas para eso, además de estar bien sujeta al depósito, no entorpezca visión ni movimientos del piloto. Eso y ajustar al animal dentro de la misma con un arnés que lo mantenga más o menos fijo para que el peso no se desplace. Una vez planificado todo… ya sólo queda subir a nuestra mascota a la moto… y disfrutar.

Y vosotras ¿alguna vez os habéis planteado viajar con un animal de compañía en moto? ¿Tenéis animales, viajáis con ellos en vuestra moto y queréis contarnos vuestra experiencia? Esperamos vuestras historias.

Nos leemos en dos semanas.

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