Los orígenes de Mujeres Moteras

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Recuerdo mis orígenes. Recuerdo el día en que decidí que quería tener una moto grande. Estaba convencida de ello pero no tenía claro hasta donde iban mis posibilidades. ¿Podría con la moto de mis sueños? O era mejor empezar por algo intermedio…

Primero debía saber si era capaz o no de llevar algo un poco más “serio” que mi Scoopy 100cc así que me alquilé una kawa ER6N y me fui a ver a un gran amigo mío a Lérida. Febrero, un frío que pela, viento, lluvia y granizo fueron mis acompañantes en aquel viaje.

 

¡Tuve la sensación de estar cruzando medio mundo! Nunca me había percatado de lo lejísimos que estaba Lérida hasta ese momento. Ahora sin embargo, podría irme hasta allí solo para tomar un café.

Mi viaje fue lento y muy cansado pues el miedo, la inseguridad y la tensión sobre la moto me lo puso aún más difícil.

Sin embargo, ¡¡podía!! Ahora solo hacía falta el decidirme por qué tipo de moto era el adecuado para mí. Sin amig@s moter@s con l@s que salir ni de los que aprender no era una decisión fácil. Mi corazón se peleaba con mi raciocinio y discutían sobre si la moto a elegir era la Daytona 675 (mi sueño de aquel entonces) o una moto más manejable y menos potente.

La cabeza, como siempre en mi, pudo más y opté por una Fazer 600N.

Fui a comprarla a Gerona y como era muy muy novata me llevé a aquella persona a la que uno recurre cuando se siente muy inseguro… ¡A mi madre!

Me encontré con el dueño, llevamos la moto a un taller oficial Yamaha y tras dar el visto bueno me la traje para Barcelona. Otra vez un viaje larguísimo y difícil pero lleno de alegría e ilusión por haber conseguido subir el primer escalón de un sueño. Ahora si era motera. Tenía un juguete nuevo de 190kgr y 600cc con el que cruzarme el mundo si quería.

Ya no era soltera. Tenía una moto de verdad.

En mi cabeza solo pensaba… tengo que aprender. Tengo que manejarla. Tengo que ser capaz de surfear las carreteras y dejar de agarrar el manillar como si fuese a salir volando.

Al llegar y dejarla en su nuevo parking sentí que era la más afortunada de allí. Miraba de reojo una cbr-1000rr que había allí y pensaba… ¡dame tiempo! De momento aquí estaba mi nueva compañera con la que iba a aprender todo lo que hay que saber para ser una verdadera motera.

Estaba en el camino 🙂

Berta.

Si quieres contar tu historia, cómo empezaste o de donde viene tu pasión. Tu primera salida o tu primera aventura, este espacio está a tu disposición. Solo tienes que mandarnos tu escrito por correo electrónico (administracion @ mujeresmoteras.com) con un par de fotos y estaremos encantadas de publicarlo. 

También puedes ponerte en contacto con nosotras a través del siguiente formulario. Te contestaremos lo antes posible.

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