Mi regalo… Una moto

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regalo-una-motoLos padres de los moteros son sufridores y valientes. Aguantan estoicamente la compostura cada vez que salimos por la puerta de casa con nuestra moto e intentan alegrarse de cada una de las emociones que percibimos con nuestra pasión.

Recuerdo el día que los padres de Sarai entraron por la puerta de la oficina de Mujeres Moteras. Iba a ser el cumpleaños de Sarai y le habían comprado UNA MOTO.

¿Se puede hacer un regalo mejor?

En ellos observé sensaciones diferentes. El padre orgulloso de que su hija fuese motera y la madre con una incipiente sensación de preocupación. Le dije con cariño… -mamá, ya estás preparada?- En un instante se le empañaron los ojos. -Poco a poco te irás acostumbrando. Y es lo que ella más desea-.

Sé cómo se preocupa la mía y sé que es difícil para ellas. Pero en el fondo saben que esta es nuestra vida y nuestra elección, y pese a ese sufrimiento que sienten, se alegran porque cumplamos nuestros sueños.

Hoy he recibido las fotos del cumpleaños de Sarai y su Kawasaki ninja a la que ha bautizado con el nombre de Donatella. Estoy segura que todos los moteros de esta tierra lloraríamos de emoción si bajo el lazo de nuestro regalo de cumpleaños estuviese la moto de nuestros sueños.

<<Sarai: –Bueno, pues por fin tengo mi moto! Mi preciosa kawa 250R! Jamás pensé que llegaría este día. Cuando todavía no podía cogerla, antes de irme a trabajar bajaba al garaje la veía y me iba. Cuando volvía del trabajo, volvía a bajar al garaje para asegurarme que seguía ahí. Sigo sin poder creérmelo! Todavía se me saltan las lagrimas de la emoción.

Bueno, no me enrollo más. Te paso la fotos! Lógicamente favorecida no salgo, pues el panzón de llorar que me pegué fue importante! jajajaja>>

Espero que Sarai y Donatella estén felices y recorriendo mil lugares mágicos llenos de emociones que solo encontramos los moteros cuando nos subimos a nuestras motos y salimos de ruta o a dar una vuelta.

Seguro que nuestros caminos se cruzarán más de una vez en cualquier bar de carretera.

 A los padres de Sarai les doy las gracias por hacer posible que otra Mujer Motera pudiera lograr su sueño. Tener su primera moto.

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