Mi pasión por las dos ruedas viene heredado por genética, con tan solo 3 añitos ya tenia mi primer casco (que su trabajo costo encontrarlo tan pequeño…) e iba cada mañana a la guardería montada de paquete en la YZF de mi padre.
Siempre cogía mis manos, las guardaba en los bolsillos de su chaqueta y cerraba un poco la cremallera para aguantarme, y me decía, –¡no te muevas eeh!– De camino a la guarde siempre me quedaba dormida en la moto y en los semáforos la gente le gritaba –¡¡¡señor que la niña esta dormida!!!–
La gente constantemente me hace la típica pregunta de… –¿¿y no te da miedo ir en moto??– Y yo les contesto –¿¿miedo?? ¡¡Como me va a dar miedo si lo hago desde que tengo uso de razón!! ¡¡Y donde me e pegado las mejores siestas!!-.
A menudo han acusado a mi padre de imprudente, y sus amigos no lo han apoyado pero el se a esforzado siempre en compartir por igual su pasión por las motos, cars, quads… tanto con mi hermano como con migo. –¡Se va hacer daño la niña!– le decían sus amigos. Pero lo cierto es que tanto mi hermano como yo nos hemos caído por igual y nos hemos levantado los dos del suelo después de caer.
Si bien es cierto que no somos tan productivas a la hora de competir pilotando a nivel profesional, somos buenas en otros aspectos de este deporte, y es que tenemos el don de convertir en algo elegante, bonito y delicado hasta el deporte más masculino de todos. Nos enfundamos en el traje de cuero, subimos a la moto y a bailar sobre el asfalto como solo nosotras sabemos hacer. Como los brasileños hablan de su fútbol como un espectáculo más que un deporte con su ya famoso “joga bonito”, pues eso hacemos nosotras con el motociclismo.
Pero tan duro es el genero masculino como el femenino a la hora de criticar, y es que las mujeres lejos de apoyarnos muchas nos tachan de poco femeninas, o nos cuelgan etiquetas que no son correctas.
Y nada mas lejos, la mayoría de nosotras somos mujeres moteras muy femeninas (de hecho la gente que me conoce sabe que me puede tachar de muchas cosas menos de poco femenina…).
Cuando yo veo a una mujer motera, veo a una mujer valiente, que se atreve a romper esa norma no escrita pero inculcada a todos desde pequeños que dice que le esta permitido a cada genero. Así que yo me subo a mi moto cada mañana pensando en que cada golpe de gas que doy es una brecha mas para poder algún día por fin romper del todo con los tópicos entre hombres y mujeres.
Berta Solsona
