Homenaje a la mujer motera
Sobre mi moto el tiempo se detiene,
Cuanto más acelero más despacio,
Y hay un punto donde ya no corre el tiempo,
Sólo el viento que se enfrenta con mi cara.
Sin mi moto ese tiempo es muy cansino,
Y la realidad me supera cada hora,
Terca y gris, cansina ella como el tiempo,
Tediosa y triste, fría, innecesaria.
Pero ya es hora de que ese tiempo corra menos,
Ya el casco está bien sujeto en mi cabeza,
Ya los guantes ocupan prietos su lugar,
Ya estoy yo encima, ya me inclino,
Ya escucho al motor darme la más cordial
De todas las muchas bienvenidas.
Allá voy, ya no hay horarios,
Apenas recuerdo el nombre de mi jefe,
No consigo retener el lugar de mi oficina,
La cara muy gris del muy gris cobrador del autobús.
Ya la realidad no duele,
No hay nadie más,
Estoy yo sola, o más bien mi moto y yo,
Ahora por fin el tiempo se detiene.
Y aunque nadie lo vea,
Aunque nadie pueda ahí afuera percibirlo,
Una lágrima recorre despacio mi mejilla.
No, no es el viento el que la invoca,
Es la felicidad sin cortapisas,
Mujer motera, mujer feliz,
Mujer dichosa que disfruta del tiempo detenido.
