Una motera en un coche

motera en coche mujeres moteras

Compartir

Categoría

Instagram

ÍNDICE/ GUÍA DE CONTENIDOS

La irreverente. Subversiva. Ídolo de masas y genial (al menos para mi gusto). La cantante Madonna dijo en una ocasión que era “un hombre gay atrapado en el cuerpo de una mujer”. Yo he descubierto este año que soy una motera atrapada en el cuerpo de una conductora de coche normal y corriente.

Para todos los que pensáis que lo peor que te puede pasar es viajar de copiloto en una moto cuando estás acostumbrado a conducirla; Un apunte: es mucho peor ir en coche. Incluso aunque seas tú quien conduce.

Al principio de escribir esta sección os conté que, debido a la crisis y alguna que otra cuestión, me vi obligada a vender la moto que tenía. Me resultaba imposible mantener coche y moto.

A pesar de que mi hermano sí tiene moto y varios amigos también, no siempre es fácil viajar en dos ruedas cuando has tenido que renunciar (temporalmente) a la moto propia y, para el día a día, lo práctico es usar tu coche. El mío en este caso. Aquí es donde empieza el calvario.

En invierno se lleva un poco mejor. En la calle hace frío y te consuelas pensando que bueno, dentro del coche tú no te mojas. Excusas baratas que se da una a sí misma para evitar echarse a llorar. Además en invierno, en la ciudad que yo vivo apenas se ven motos transitando por la calle. Aquí los moteros son más bien estacionales, de primavera a finales del otoño. Que los inviernos son crudos y lo de pasar frío bien, bien, no lo llevamos. Pero ay, amigos. Cuando llega la primavera… Casi al mismo tiempo que aparecen los primeros brotecillos verdes de hierba en los campos y en las ramas de los árboles se escuchan los primeros rugidos de moto, desperezándose como osos salidos de la hibernación.

En la vida de toda mujer, hombre, persona motera pero sin moto, ése es uno de los momentos críticos de su existencia. Porque, en cuanto llega el calor, además de echar de menos la libertad de viajar en moto, el viento en la cara, las curvas, abrir gas, no comerse los atascos…

Además, en verano el coche es un infierno. Incluso aunque tengas aire acondicionado.

Ser una motera en un coche. Es la muerte. Fin.

Y eso que cuando voy en moto más de una vez me he acordado de la madre del piloto por no aparcarla a la sombra al sentarme en un asiento hirviendo. O he pensado si en lugar de chaqueta no me habré comprado una sauna nórdica portátil por equivocación. Aún así. Ser una motera encerrada en un coche en verano es casi casi lo peor que te puede pasar al volante (dejando a un lado los accidentes).

A veces echo tanto de menos la moto que incluso me dan ganas de dejarme el casco puesto. A ver si así la sensación de ir en coche se le parece en algo a la de rodar en moto. Pero, sobre todo, lo que me he sentido muy tentada de hacer son V’s desde el coche a los moteros con los que me cruzo.

No he llegado a hacerlo nunca. Me puede más la vergüenza de hacer el saludo desde una lata. Pero como siga mucho tiempo más sin moto, al final voy a terminar rindiéndome a la tentación. Y es que, por mucho que vayamos en coche, que no podamos disfrutar siempre de nuestra pasión y que tengamos que ceder terreno a las cuatro ruedas, por las razones que sean… la que es motera (o motero) lo es para siempre.

Si ya lo dice ese refrán tan español: Aunque la motera viaje en cuatro ruedas, motera se queda.

Y vosotros… ¿echáis de menos la moto cuando no podéis cogerla? ¿Alguna vez habéis tenido la tentación de saludar a moteros desde el coche? ¿Tenéis truquillos para llevarlo mejor que queráis compartir con nosotras?

Ráfagas traseras.