Cuando Clara Peñalver me dijo que quería hacer un rinconcito de Mujeres Moteras en su blog me hizo mucha ilusión. Creé Mujeres Moteras para conocernos entre nosotras y tener un punto de apoyo y conexión pero no podía haberme imaginado en aquel momento que llegaríamos a inspirar la pasión hasta el punto de querer que formáramos parte de un proyecto personal.
Como breve carta de presentación a sus lectores le cómo nació la Berta motera. Esa Berta fue el primer pasito hacia lo que hoy soy yo y es Mujeres Moteras.
Hoy nos cuenta Clara cómo Mujeres Moteras la inspiró y la empujó a conseguir superar algún que otro bache.
<<Creo que el mayor golpe que ha podido sufrir mi orgullo lo recibí cuando decidí sacarme el carnet de la moto. Como siempre se me ha dado genial todo lo relacionado con las habilidades físicas y siempre he presumido de aprender muy rápido, pues estaba tan segura de que iba a sacarme el carnet a la primera que compré mi moto (F650GS) en septiembre del año 2011 pensando que unos veinte días después la iba a estar conduciendo.
Pero no. El examen de pista se me atragantó y tuve que enfrentarme a él cinco malditas veces. Al final acabé cogiéndole tanto miedo que acababa bajando a mirar a Bemita con la sensación de que nunca iba a poder conducirla.
Viéndome un poco desesperada, Paco, mi compañero de viaje, hizo dos cosas super importantes. En primer lugar, me propuso hacer un curso de conducción en circuito con la escuela MAC. Como no tenía carnet, alquilamos una furgoneta gigante para meter su moto y la mía. Te puedo asegurar que no sólo fue una aventura divertidísima sino que contribuyó a disminuir mi miedo hacia el examen de conducir: había ganado una minicopa a la piloto revelación del curso y, si había conseguido algo así, ¿cómo no iba a aprobar el maldito examen?
En segundo lugar, me habló de ti y de tu face y desde el instante en que supe de tus andanzas en el mundo motero, no sólo me enganché a tus historias y comentarios sino que comencé a visualizarme cada vez más como piloto. Así que, espero que ahora ya entiendas por qué tú: me diste, sin saberlo, esa chispita que necesitaba para creerme que acabaría haciendo miles de kilómetros con mi preciosa Bemita.
Muchas gracias por todo, Berta!>>
Vuestra presencia y vuestras palabras son lo que hace que este proyecto valga realmente la pena.
