Las motos son un reflejo de nosotros mismos. Algunos tenemos motos lisas, sin ningún tipo de combinación de colores o formas, otros llevamos réplicas o motos llenas de pegatinas y otros, quizás los más osados, se atreven a llevarlas aerografiadas o con diseños exclusivos.
¿Dónde está el gusto? ¿Dónde queda el glamour?
En uno mismo.
¿Es elegante una moto llena de pegatinas?
Los elegantes somos nosotros. La moto solo es nuestro espejo. Nuestra forma de ser, más o menos atrevidos, más o menos alegres o más o menos exclusivos…
Aunque la cantidad de dinero que tenemos determina en parte cuantas cosas le podemos hacer a nuestra moto, no todo es dinero. El llevarla perfectamente limpia, el ponerle unas calcas a juego con el carenado o añadirle algún toque distintivo puede costarnos menos de 15.-€ y eso casi nos lo podemos permitir todos.
El fin de semana del 2-3 de junio fue el gran premio de Montmeló y como cada año me pasé por el pueblo a dar una vuelta y ver motos. Pese a que este año había muchas menos que años anteriores (supongo que debido a esta crisis que tanto nos ahoga) encontré alguna de lo más original.
No diré si eran bonitas, originales u horteras pues eso depende de los gustos de cada cual, pero si diré que eran la proyección de sus dueños y de su propio estilo.
Desde la fantástica manía femenina de combinar a la perfección los colores, a la extravagancia de aquellos que quieren ser únicos a toda costa y la pintan con motivos de fantasía o de películas.
¿Es elegante una moto con monstruos aerografiados? ¿Es glamurosa?
Sin duda no es de mi estilo. Yo prefiero la exclusividad de unas pegatinas bien puestas, los diseños personalizados en vinilo y la combinación de colores alegres, sin embargo admiro la capacidad de algunos de diseñar en sus motos paisajes, monstruos o diseños abstractos de lo más originales.
Me gusta que mi moto sea única y el premio es que la gente se pare a mirarla o incluso me pida de hacerle fotos. Es como si quisieran llevarse de recuerdo un trozo de mi estilo y eso me hace sentir orgullosa de la máquina que tengo durmiendo en mi garaje.
Sentir nuestra moto como la mejor nos hace sentir casi como si tuviese vida.
