Durante cinco días llenos de motos, surf, arte y música en Biarritz, el Wheels and Waves 2025 volvió a unir velocidad, estilo y cultura urbana en un evento único en Europa.
Cada verano tiene sus clásicos, y desde más de una década el Wheels and Waves se ha convertido en una tradición para aquellos más moteros. La edición 2025, celebrada del 11 al 15 de junio en Biarritz, no solo volvió a reunir a motoristas de toda Europa, sino que confirmó que este festival es mucho más que motos: es cultura, es estilo y pura diversión. Un encuentro que volvió a combinar motociclismo, arte, música, surf y cultura urbana, atrayendo a miles de entusiastas desde todos los rincones del mundo.
El viaje hacia el Wheels and Waves 2025 arrancó, como no podía ser de otra manera, con una rutita por el País Vasco hasta legar al destino. Este año la compañera de ruta fue la Honda GB350S, una moto sencilla, con aire retro y mucha personalidad. Nada de electrónica ni gadgets futuristas: solo lo justo para rodar con calma, disfrutando del camino y de lo que pasa alrededor.
Un festival con historia y alma motera
El Wheels and Waves nació en 2012, impulsado por un grupo de amigos franceses con la intención de crear un punto de encuentro donde la pasión por las motos clásicas y customizadas se uniera con el arte, el surf y la cultura callejera. Lo que comenzó como una reunión casi informal en la costa vasco-francesa, es hoy un festival internacional con una identidad única.
En esta edición 2025, el programa volvió a apostar por su fórmula ganadora: exposiciones de motos y arte, música en directo, tatuajes, skate, surf, dirt track, carreras vintage y el siempre espectacular Muro de la Muerte. Todo con el característico estilo retro y desenfadado que define al festival.
La Honda GB350S, la compañera perfecta
La ruta hasta Biarritz se disfrutó desde el minuto uno. Carreteras paradisíacas del País Vasco, curvas, pueblos que parecen sacados de un cuento, verde por todas partes… y ese silencio especial que solo se rompe con el sonido del motor. No hace falta correr ni marcar el mejor tiempo. Se trata de disfrutar del camino.
La Honda GB350S fue la compañera ideal: cómoda, ligera, con ese rollo clásico que encaja perfecto con el espíritu del festival. No tiene 200 caballos, pero tampoco los necesita. Con 21 CV, 29 Nm de par y un consumo medio de 2,5 l/100 km, la GB350S no busca sorprender por prestaciones, sino por sensaciones. Su autonomía de hasta 600 km gracias al depósito de 15 litros permite viajar con calma y sin preocuparse por repostar. Ligera, manejable y con un diseño muy en sintonía con el espíritu del evento, demostró ser una compañera ideal.
HondaCustoms 2025
Dentro del festival, uno de los espacios más concurridos fue, sin duda, el de HondaCustoms, que este año presentó once preparaciones europeas (cuatro de ellas españolas) basadas en la GB350S. Desde propuestas radicales a otras más minimalistas, cada una representaba una visión diferente de lo que significa personalizar sin perder la esencia de la máquina.
Once diseños únicos de siete países europeos mostraron todo lo que la GB350S puede llegar a ser. Desde la Rocket Lion española —rebelde, urbana, potente— hasta la minimalista Mia portuguesa, pasando por creaciones tan personales como Okira (Francia), Daytripper (UK), Honda-Roid (Italia), y otras tantas que despertaron la imaginación de propios y extraños.
Mucho más que un festival motero
Wheels and Waves no es solo un festival de motos, y eso es precisamente lo que lo hace especial. Durante estos cinco días, Biarritz y sus alrededores se transforman en un espacio abierto a la comunidad motera, artistas, músicos y surfistas. Se organizan rutas por la costa, talleres de customización, exposiciones fotográficas, mercadillos de ropa vintage y conciertos al aire libre.
Uno de los mayores aciertos del Wheels and Waves es, sin duda, su espíritu inclusivo. No importa la marca de tu moto, tu estilo, ni tu edad. Aquí todo gira en torno a la libertad, la pasión por rodar y el respeto por la cultura que rodea al mundo de las dos ruedas. Es un festival donde tanto los veteranos como los recién llegados pueden disfrutar por igual. Por todo esto, no sorprende que se haya convertido en uno de los eventos moteros más icónicos de Europa, y que cada año crezca en participación y visibilidad.
