Yamaha ha sido pionera en la innovación tecnológica en el mundo de las motos desde siempre, y ahora llega con la transmisión semiautomática Y-AMT (Yamaha Automatic Transmission). Este sistema ofrece una alternativa a los tradicionales cambios manuales y automáticos, eliminando por completo la palanca del embrague e incluso el pedal de cambio en la estribera, y pretende marcar un antes y un después en el universo de las dos ruedas.
¿Qué es el cambio Y-AMT?
El Y-AMT es un sistema de cambio semiautomático desarrollado por Yamaha que busca combinar la eficiencia de un cambio automático con la capacidad de control del piloto que ofrece una caja de cambios manual. No es un quickshifter, sino un sistema completamente diferente que prescinde de la transmisión tradicional de las motos de embrague y palanca.
El sistema está diseñado para realizar cambios de marcha sin la necesidad de accionar el embrague manualmente, permitiendo al piloto concentrarse en la aceleración o la frenada mientras el sistema se encarga de los cambios de marcha. En su reciente presentación, se puede observar cómo la palanca del embrague deja de existir, y el cambio se sustituye por unas levas situadas en la piña izquierda del manillar.
El cambio Y-AMT permitirá cambiar entre dos modos 100% automáticos (uno más suave con la D y otro más agresivo D+), como si de un coche se tratase, o un modo manual-secuencial a través de estos actuadores electrónicos. Este cambio supone un giro radical al concepto de conducción tradicional de las motos, y su principal pega es que se pierden los mecanismos tradicionales para cambiar de marcha.
Según se ha anunciado recientemente, la nueva generación de la Yamaha MT-10 y la MT-09, el modelo más top de las naked de Iwata, contará con este sistema de cambio semiautomático, y en los primeros ‘renders’ ya se nota la ausencia de la palanca del embrague. No es la primera vez que Yamaha hace algo parecido, pues ya probaron suerte en 2006 con la FJR1300 y su cambio asistido.
Ventajas del Y-AMT en la práctica
Una de las mayores ventajas del Y-AMT es la comodidad que a priori ofrecerá en la conducción. Al eliminar la necesidad de accionar el embrague manualmente, Yamaha dice que los conductores podrán disfrutar de una experiencia más relajada, especialmente en el tráfico urbano o en condiciones de parada y arranque frecuentes. Y que para la conducción deportiva, existe la opción de los actuadores de la piña para sentir esa chispa de adrenalina del cambio manual, gestionando al gusto el régimen de revoluciones.
El Y-AMT permitirá cambios de marcha más rápidos y suaves en comparación con una caja de cambios manual tradicional. Esto puede resultar en una mejor entrega de potencia y una conducción más fluida, optimizando el rendimiento del motor y mejorando la estabilidad del vehículo en frenada con las reducciones bruscas o el rebote del embrague.
No obstante, hay que resaltar que los sistemas semiautomáticos ahora mismo incrementan el coste de la moto y tienen una alta dependencia de la electrónica con respecto a los modelos de transmisión tradicional. Pero como todo, es parte del proceso de evolución de la tecnología, como ya pasó en los coches en su momento.
Sin duda, el principal obstáculo al que se enfrentan todos los fabricantes con esta tecnología está claro: los clientes. Si hiciéramos una encuesta a pie de calle lo más probable es que la preferencia por el cambio tradicional ganase sobrada. Pero es como todo. Los moteros experimentados preferirán siempre la sensación de control total que ofrece una transmisión manual.
El Y-AMT, al automatizar el proceso de cambio, disminuye esa sensación de conexión directa con la moto, por lo que a priori el público más clásico preferirá la tecnología de siempre. Con este sistema se pierde la posibilidad de inducir un caballito, dar gas en vacío o tener el control completo a baja velocidad.
Diferencias con un quickshifter moderno
Cuando hablamos de sistemas de cambio semiautomáticos, lo más normal es que pensemos en el quickshifter. Pero hay que resaltar que esto y el Y-AMT (u otros sistemas) son tecnologías completamente que buscan lo mismo: mejorar la experiencia de cambio de marcha.
- Quickshifter: Un quickshifter permite realizar cambios de marcha sin accionar el embrague, pero generalmente requiere que el conductor ajuste el acelerador para que el sistema funcione correctamente. Además usa la misma palanca de cambio tradicional y permite volver siempre al mecanismo de cambio de siempre tirando de la palanca.
- Y-AMT: En contraste, este sistema automatiza el proceso de cambio de marcha completo, permitiendo al piloto centrarse en otras áreas de la conducción. Aunque también permite cambios sin accionar el embrague, su funcionamiento es radicalmente distinto mediante las levas de la piña en su configuración semiautomática.
El Y-AMT de Yamaha supone una solución avanzada a la espera de ver cómo cala entre los clientes. Sus ventajas incluyen una mayor comodidad y eficiencia en la transmisión de potencia, pero también presenta desventajas como el coste adicional, la dependencia de la electrónica y el fuerte arraigo de los moteros por el sistema tradicional.
Las primeras sensaciones entre los moteros con toda esta tecnología incipiente recuerdan a la de los conductores de coches cuando los automáticos empezaron a copar el mercado.
Hoy en día las cajas manuales están en declive y la conducción de embrague ya se ve como “rara”. Teniendo en cuenta que las marcas están centrando su desarrollo tecnológico en este tipo de cambios asistidos ¿Pasará lo mismo en las motos en unos años?
