En el vertiginoso ritmo de la vida urbana, los scooters se han convertido en una opción popular para desplazarse con agilidad y de forma muy económica. Cada vez son más los que aparcan el coche para pasarse a las dos ruedas. Sin embargo, a la hora de elegir entre un scooter térmico (de gasolina) y uno eléctrico, es importante considerar sus ventajas y desventajas.
Ventajas del scooter eléctrico
A nivel prestacional los vehículos eléctricos destacan en entornos urbanos. En todo lo que sea acelerar de parado ganan de calle a cualquier vehículo de combustión. Y en eficiencia más de lo mismo, gracias al par instantáneo que hace que las aceleraciones sean muy efectivas o a la regeneración a la hora de frenar, que hace que podamos recuperar batería. En la ciudad el vehículo eléctrico es el rey de la eficiencia para el bolsillo. Eso es así. Fuera de la urbe es cuando entran los problemas.
La autonomía de los scooters eléctricos ha mejorado mucho con el paso de los años. No es raro ver modelos con más de 100km de autonomía. Aunque es cierto que depende mucho de las condiciones y del tipo de conducción, el sistema de baterías extraíbles y la poca distancia que se recorre de media en los desplazamientos habituales hacen que el “miedo” a quedarse tirados como pasa en los coches, no exista o no esté tan presente.
El peso también se está reduciendo progresivamente. Especialmente en el segmento de scooters equivalentes a los 125cc de toda la vida, cada vez son más los fabricantes que se acercan o igualan la ligereza de los scooters de combustión.
Si bien es cierto que el grueso del peso viene de las baterías, estas cada vez son más ligeras y fáciles de transportar. Y sí, para algunos puede ser un rollo tener que sacar la batería para cargarla en casa, pero opciones como las Battery Stations de Silence están cambiando la movilidad eléctrica para ofrecer alternativas interesantes.
Además, en general, los scooters eléctricos tienen un coste de funcionamiento mucho más bajo que los térmicos. La electricidad es más barata (de momento) que la gasolina, y el mantenimiento de los motores eléctricos suele ser menos costoso, ya que tienen menos piezas móviles que los motores de combustión. Son más simples que un botijo.
A nivel medioambiental, los scooters eléctricos no emiten gases contaminantes durante su uso, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire en las ciudades (luego ya todo depende del reciclaje de baterías). Y también ayudan a reducir la contaminación acústica de las ciudades.
Por último, existen ayudas como las del Plan MOVES III que contemplan hasta 1.300 euros de ayuda por la compra de un scooter eléctrico, que si bien tardan entre 18 y 24 meses de media en llegar al cliente, ayuda a que este tipo de vehículo se sitúe en una franja de precios equivalente a sus hermanos de combustión.
Desventajas del scooter eléctrico
Aunque la autonomía de los scooters eléctricos ha mejorado significativamente, todavía puede ser un problema si planeas hacer trayectos largos o si no tienes acceso a estaciones de carga en tu ruta. En ese caso existen modelos superiores (a lo que sería el segmento de 125cc) que en muchos casos se van de precio.
Además la velocidad máxima en prácticamente todos los modelos está capada para hacer que la batería dure mucho más tiempo. En algunos casos el tope está en 70, 80 y en los mejores casos 100 km/h. Si en tus desplazamientos tienes que hacer uso de vías secundarias o interurbanas quizá esto sea un hándicap importante.
Dependiendo del modelo y de la capacidad de la batería, la carga completa de un scooter eléctrico puede tardar. Lo normal son 3 o 4 horas aunque cada vez hay más fabricantes con baterías de carga rápida entre el 20 y el 80% de su capacidad. Esto puede ser inconveniente si necesitas usar el scooter de manera continua, pero es raro hacer más de 100km al día.
Por último, aunque los precios de los scooters eléctricos están disminuyendo, el coste inicial todavía puede ser más alto en comparación con algunos scooters térmicos, especialmente los modelos más avanzados y prestacionales. Lo justo de momento, es comparar entre vehículos equivalentes de 125cc (11 kW), que es uno de los principales segmentos donde tanto usuarios del permiso B (con más de 3 años) o del carné A1, pueden hacer uso de estos vehículos.
Ventajas del scooter gasolina
Los scooters térmicos suelen ofrecer una mayor autonomía en comparación con los eléctricos. Hablamos de rangos de más de 250, 300 o 400km (en scooters GT de gran tamaño). Vamos que puedes echar gasolina una vez al mes y olvidarte. Además, teniendo en cuenta el consumo ridículo de muchos de estos scooters, de 2 o 3 litros cada 100km, está claro que pensar en una opción eléctrica se hace complicado.
Sin duda la principal ventaja de los vehículos térmicos es la velocidad del repostaje. Llenar el depósito de gasolina es rápido, tardas 5 minutos y no requiere largos tiempos de espera como la carga de las baterías eléctricas.
Además hay una amplia gama de scooters térmicos en el mercado, desde modelos económicos, premium hasta scooters de alto rendimiento muy bien equipados de más de 300cc que no se limitan solo a la ciudad. Esto da una mayor flexibilidad al cliente para elegir el que mejor se adapte a sus necesidades y presupuesto.
El almacenamiento es sin duda uno de los puntos débiles de algunos scooters eléctricos que montan las baterías debajo del asiento. Esto en los de combustión no pasa y de hecho son muchos los modelos que ofrecen espacio para dos cascos en su interior, con cierre centralizado como en un coche o que tienen guanteras generosas en el frontal.
El mantenimiento de los scooters de combustión a largo plazo siempre será más caro que en un equivalente eléctrico, pero también hay que tener en cuenta que los motores 125cc empleados en este tipo de vehículos suelen ser monocilíndricos, tienen menos mecánica que motos más complejas y llevan tanto rodaje que son prácticamente indestructibles.
Esto hace que el precio sea realmente bajo y que en muchos casos por apenas 3.000€ puedas tener un scooter sencillito para ir al trabajo, que consuma poco, que tenga almacenamiento para dejar el casco o hacer alguna compra, que de pocos quebraderos de cabeza y que cumpla su función sin demasiadas complicaciones. Los scooters de siempre son tan simples que competir contra ellos es difícil.
Comparativa de precios entre scooters de gasolina y eléctricos
A continuación, una breve comparativa entre los cinco scooters más vendidos de su segmento (en 2023), las unidades vendidas y el precio. Se comparan scooters de 125cc con sus equivalentes en tamaño y potencia en versión eléctrica. Los datos de las eléctricas todavía no son muy buenos y parte de sus cifras se deben a la compra por parte de flotas tales como empresas de reparto o de ‘motosharing’.
Gasolina 125cc
- Honda PCX 125: 8.559 unidades vendidas – Precio: 3.360 €
- KYMCO Agility City 125: 6.681 unidades vendidas – Precio: 2.399 €
- Honda SH 125 i: 5.855 unidades vendidas – Precio: 4.130 €
- SYM Symphony 125: 5.840 unidades vendidas – Precio: 2.299 €
- Honda Forza 125: 4.531 unidades vendidas – Precio: 5.430 €
Eléctricos
- Silence S01: 1.110 unidades vendidas – Precio: 5.380€*
- NUUK ZICLYK +: 913 unidades vendidas – Precio: 6.199€
- Yamaha NEO’S: 512 unidades vendidas – Precio: 2.999€**
- Silence S02: 340 unidades vendidas – Precio: 2.980€*
- Emax VS2: 331 unidades vendidas – Precio: 3.699€
En Silence el precio es con alquiler por suscripción de batería*. La Yamaha NEO’S con versión de dos baterías cuesta 3.599€**
Todos los precios de las scooters eléctricas se muestran sin ayudas
La elección entre un scooter térmico y uno eléctrico dependerá de tus necesidades y prioridades. Si valoras los bajos costes operativos y la sencillez y la fluidez en aceleración, el scooter eléctrico es una opción cada vez más competitiva. Por otro lado, si necesitas mayor autonomía, no preocuparte tanto por las velocidades o no te apetece dar el salto todavía, un scooter térmico podría ser más adecuado.
Ambos tipos tienen sus pros y sus contras, por lo que es fundamental considerar tus hábitos de conducción, el entorno urbano en el que te mueves y tu presupuesto antes de tomar una decisión.